Catcher desde los cinco años

SANTO DOMINGO (Licey .com).- Para Christian Bethancourt, el ser receptor y estar agachado detrás del plato es como un juego de niños.

De hecho, desde los cinco años ha defendido la que es considerada como la posición más exigente en el béisbol. Y a pesar de eso, no para de aprender.

“Vine con la misma meta del año pasado: aprender. Ya sea desde la banca o jugando y a tratar de mejorar todas las cosas, tanto la defensa como la ofensiva” dijo el panameño al ser entrevistado por Sussy Jiménez para Licey TVHD.

Sin fecha para dejar al equipo y con la esperanza de estar hasta el final, el receptor entiende que no ha tenido la mejor actuación que puede dar. En 14 partidos batea para .178 con 3 anotadas, un doble y una vuelta empujada.

“Estoy acostumbrado a ser receptor. Lo soy desde los cinco años ya es natural para mí. Creo que lo más difícil es cuando estamos en las entradas extra como visitantes y hay que evitar que el contrario anote y te deje en el terreno”, agregó Bethancourt.

Añade que su participación en la temporada pasada le ayudó a tomar experiencia al estar al lado de jugadores como Hanley Ramírez, Erick Aybar, Anderson Hernández y Juan Francisco.

“Ellos (los Bravos de Atlanta, organización a la que pertenece) que rían que volviera a jugar aquí si me encontraba al 100 por ciento sin ningún problema de salud”, dice el jugador de 6-2 de estatura.

Con el Mississippi (AA) en la liga del Sur, vio acción en 90 partidos y bateó para .277 con 12 jonrones y 45 empujadas. Anotó 42 vueltas y pegó 21 dobles.

No piensa en la salida de Brian McCann, quien firmó como agente libre con los Yankees, de quien dice es una gran persona y pelotero y a quien le desea lo mejor.

“Lo único que deseo es prepararme para los entrenamientos de primavera y tratar de ganarme un puesto”, añadió el bateador derecho de 215 libras.

Señala a la inteligencia, conocimiento y liderazgo como las tres virtudes que debe tener todo buen receptor para ser exitoso en el desempeño de sus funciones.

“La inteligencia para llevar los juegos y controlar a los lanzadores. El conocimiento del equipo contrario para saber qué pitcheo pedir en qué situación y liderazgo para guiar a los otros jugadores ya que es el único que ve todo el campo de juego”, agrega.

Con los Tigres la temporada pasada bateó para .224 (58-13) con 5 anotadas, 3 dobles, 3 remolcadas, 2 boletos y 5 ponches en 23 partidos.

“Este es un trabajo que me gusta. Se extraña a la familia, a los amigos. Este año he estado solo 11 días en mi casa”, dice el nativo de Panamá.

 

Por Alex Rodríguez